Las juntas son elementos específicos que se colocan entre dos superficies del cerramiento, normalmente entre hojas y marco. Según el diseño y las necesidades, pueden instalarse en la hoja, en el marco o en ambos.

Son necesarias porque, incluso con trabajos muy precisos, siempre existe un pequeño margen entre la parte fija (marco) y la móvil (hojas). Las juntas garantizan una adhesión continua entre ambas.

Su función principal es impedir el paso de aire, viento y agua desde el exterior hacia el interior.

En resumen, las juntas:

• equilibran los movimientos naturales del cerramiento
• aseguran un cierre hermético
• mejoran el aislamiento térmico
• mejoran el aislamiento acústico
• evitan filtraciones de viento y lluvia

Características que deben tener las juntas para ventanas

Para funcionar correctamente, las juntas deben cumplir ciertas propiedades. Dado que sufren compresiones y descompresiones constantes, es imprescindible que estén fabricadas en materiales suaves, elásticos y resistentes.

En concreto, una buena junta debe:

tener la malleabilidad adecuada para el cierre de la hoja

resistir deformaciones

recuperar rápidamente su forma original

soportar cambios bruscos de temperatura (sol, calor, frío, heladas)

Materiales utilizados en las juntas para cerramientos

Las juntas pueden fabricarse en distintos materiales. Los más comunes y eficaces son:

Plastómeros a base de PVC y plastificantes: permiten soldar las juntas en las uniones.

Elastómeros termoplásticos: también soldables, pero más resistentes y duraderos.

Elastómeros termoplásticos o vulcanizables (incluido neopreno): no permiten soldadura; requieren pegado o vulcanización. Ofrecen elevada resistencia y gran durabilidad.

Suelen fabricarse en color negro, aunque existen opciones en otros colores.

Una junta de calidad mantiene su rendimiento durante años, pero con el tiempo se desgasta y es necesario sustituirla cuando pierde eficacia, para conservar un buen nivel de aislamiento en la vivienda.